Impulso que me llevó a lo más profundo de aquello que se llamaba no sé muy bien cómo, nadie sabe muy bien el qué
el caso es que ahora estoy aquí en un manantial donde brota lo indecible
Digo lo incecible por no decir lo que no se dice jamás porque se contraría a la naturaleza de las palabras
Las palabras hicieron un pacto con los humanos. Un contrato no escrito en el que las palabras se comprometían ferreamente a nomenclaturar todo lo que los ojos humanos vieran.
Todo menos lo que de este manantial brota.
Algunos humanos lo intentaron
intentaron ponerle una banderilla a lo que son las esférides del sur.
No hay más que gozar cuando la mente está a un lado y el corazón late de manera inusual. Cuando las cortinas de tu ser ondean al viento del flujo universal.
No hay más que decir cuando cinco páginas te cubren el espíritu.
Cuando el silencio reina.
Cuando el amor se huele y el entresijo de las almas en libertad se saborea.
Cuando los poetas florecen y la música del alma se enrojece.
No hay cosas que decir cuando las palabras aniquilan su contrato.
No hay abandono en el olvido ni soledad en la libertad.
No hay faltas ortográficas si las poesías encauzan lo indecible.
Aquella imagen que surgió de entre el orden y el silencio
aquellos gritos que resonaron como bellos truenos de esplendor estático
El tic tac que recorrió las colinas sin pararse a pensar la devastación que causaría su indiferencia.
Cuando las mariposas callan y su ser toma la palabra.
Cuando te abandonas al flujo de la voluntad y el respeto hacia lo divino toma el relevo más elemental.
Si la lógica trasciende, y los corazones se abren, la comunicación es posible.
Si no hay más de que hablar sino que lo dicho se dijo con música, lo indecible quedará grabado en las piedras etereas del alma de los hombres.
Mamá
Hermano
Quisiera pedirte lo que alguna vez entre tus lindos entresijos buscaste para darme.
Lo que un día te guió en las noches oscuras como un farolillo tenue que en el frío estudió la posibilidad de salir con vida.
Entrégame el secreto de vivir en la ignorancia.
Cuéntame cómo sin pisar una huella podría bajar de la escalera.
Y si hallas la manera de romper con tus esquemas, pásame el fuego que romperé mis apuntes del curso que viene.
La libertad la encontraré en decir lo que nadie nunca se atrevió
La libertad me espera como sé que algún día la esperé yo
Si nos quedásemos todos en el fin de la luz azul, nadie sería capaz de escribir un libro violeta.
Tu teta.
Tu sensualidad que me embriaga como un mal sueño al despertar.
Recapacitar en el bosque de bambús que algún dia susurraron a los que supieron escuchar y jamás murieron.
Díganme cómo y diré por qué.
Díganme sin vosotros y diré que no hay soledad para quien conoce su camino en este trepidante desierto de calma azurullada.
Cuántos manantiales caben en la cabeza del rey?
Cuántos antes que nosotros buscaron lo mismo que buscamos ayer?
No es absurdo volver atrás para corregir lo que ya no supimos cómo, nos ayudó a salir del error?
Hablando con sinceridad, a mí me gustaría desentenderme con toda sinceridad
no sé, tomarme el tiempo y el respeto de no saber
aprender la habilidad de parar de aprender
para empezar a aprender de verdad.
Cuántos animales domésticos caben en una guagua?
Eso no viene a cuento.
Pero qué cuento te cuento cuando no quieres saber nada?
Uno cualquiera?
Uno de peras?
De higos¿?
De frambuesas?
Y si fluye, por qué no de fresas?
Hay algo que me sorprende y es que si buscas alguien que emprende y encuentras lo que no esperabas buscar, recibes más de lo que en un principio te hubieras dignado a valorar.
Si algo de todo lo que he escrito tiene o tendrá algún sentido reconocido?
Es algo que, amigo, se tiene que responder cada cual para sí.
Nadie te puede decir el valor que cobra lo que algún día alguien pensó.
